Cristina Lestegás

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Cómo relajar tus cervicales.

En mi profesión, los dolores cervicales son los reyes del baile. Las tortícolis, cervicalgias, cérvico-braquialgias, cefaleas tensionales… son probablemente lo que más vemos en nuestro día a día. Pero, ¿por qué pasa esto? Las cervicales pueden molestar por muchos motivos, por ejemplo, las “malas” posturas. Lo pongo entre comillas porque no existen las posturas malas como tal, lo malo es mantener la misma postura durante demasiado tiempo. En el caso del cuello, estar mucho tiempo mirando hacia abajo (al teléfono móvil, por ejemplo) o hacia un lado (si tenemos ahí la pantalla del ordenador) puede ocasionar desequilibrios en esta zona.

El estrés también influye mucho, ya que afecta a nuestra postura haciendo que encojamos los hombros, apretemos los dientes y otros pequeños gestos que se van acumulando y con el paso del tiempo nos van pasando factura.

Otra causa de dolor cervical son los esfuerzos físicos (por ejemplo, cargar con pesos), sobre todo cuando no tenemos una buena masa muscular de base. Los movimientos repetitivos con los brazos también suelen afectar a esta zona, al igual que estar mucho tiempo con los brazos levantados por encima de la cabeza. Los cambios bruscos de temperatura tampoco le van muy bien, sobre todo pasar de calor a frío.

Estos son solo algunos de los factores que influyen en nuestra salud cervical pero, como ves, con el estilo de vida que tenemos hoy en día casi todos estamos en riesgo de padecer problemas en el cuello.

Por eso, es relativamente normal que de vez en cuando esta zona nos dé un aviso. El dolor es un mecanismo que utiliza nuestro cuerpo para avisarnos de que algo va mal y lo más sensato es que le hagamos caso. Eso no quiere decir que no nos podamos tomar un analgésico para poder seguir funcionando, pero la pastilla no debe ser el único remedio que utilicemos. Apagar la alarma antiincendios en vez de apagar el fuego no es una idea muy inteligente por nuestra parte.

Por lo tanto, ¿qué puedes hacer si te duele el cuello?

Primero, busca la causa (pista: suele ser más de una). No pienses en algo que hayas hecho hoy, vete días atrás y recuerda si hiciste alguna actividad distinta de lo habitual, algún esfuerzo, si estuviste especialmente estresadx o agobiadx. Esta información te servirá para ir entendiendo mejor cómo funciona tu cuerpo, qué cosas le afectan y así reducirás las probabilidades de que te pase de nuevo.

Segundo, baja el ritmo. Deja de hacer deporte o tareas físicas durante unos días, descansa un poco y evita dentro de lo posible situaciones de estrés. Tu cuerpo te lo está pidiendo a gritos.

Si puedes, vete a un fisioterapeuta. El cuello es una zona delicada que puede dar síntomas como mareos, cefaleas fuertes, problemas en los oídos… así que no te la juegues y ponte en manos de un profesional.

Si tienes molestias leves o quieres prevenir los problemas en esta zona, te dejo una rutina de ejercicios para relajar y estirar los músculos del cuello. Practícala despacio, con mucha atención, haciendo respiraciones profundas y tratando de aflojar los músculos de la cara y la mandíbula.


También te dejo el enlace a otra de mis entradas en la que te cuento cómo desbloquear tu cuello de forma fácil y segura.

En mi sección “Clases por zonas” tienes rutinas de ejercicio terapéutico para trabajar diferentes áreas y así conseguir librarte de tus dolores desde casa y mejorar tu calidad de vida.