Cristina Lestegás

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Cómo hacer una rutina de mañana.

La forma en la que empezamos el día es más importante de lo que creemos, ya que va a marcar el tono para el resto de la jornada. Esa primera hora después de despertarnos es clave para nuestro estado físico y mental del resto del día. Por eso es importante que elijas muy bien qué actividades hacer durante ese tiempo, qué alimentos comer, qué cosas ver y escuchar. Nuestro sistema nervioso se activará de forma diferente en función de esos factores y esto va a influir en tu estado de ánimo, en la energía que tengas, en tu capacidad de concentración y un largo etcétera.

No es necesario obsesionarse con hacerlo todo bien, pero aquí van unas recomendaciones generales para hacerte una buena rutina de mañana:

  • Empieza el día sin pantallas: durante los primeros minutos del día nuestro cerebro está empezando a despertarse y es mucho más vulnerable a cualquier información que reciba. Si empiezas tu día mirando las redes sociales, vas a desconectar del momento presente y a conectarte directamente con una fuente de estrés. Las comparaciones con la vida de los demás, las malas noticias que nos llegan de todos lados… tienes el resto del día para bombardear a tu cerebro con estas cosas, déjale al menos que se espabile un poco primero.

  • Desayuna de forma equilibrada: no todo el mundo tiene hambre nada más levantarse, y no pasa nada. No hay que forzarse a comer inmediatamente, pero sí es aconsejable que comas algo antes de media mañana, porque tu cuerpo y tu cerebro necesitan gasolina para poder funcionar. Lo ideal es que los desayunos sean como el resto de nuestras comidas: equilibrados. Si solo comes cosas dulces por la mañana te quedarás sin energía muy rápido y al rato volverás a tener hambre, además de que estarás menos centradx y más nerviosx. Prueba a desayunar alimentos diferentes para añadir más nutrientes, como huevos, queso, aguacates, espinacas… Otro truco para ayudar a tu cerebro a despertarse es no tomar el café a primera hora de la mañana, sino un poco más tarde (2-3 horas después de levantarte), que es cuando el nivel de atención empieza a decaer.

  • Muévete: aquí viene mi parte favorita. Durante las horas de sueño, como no estamos usando nuestros músculos, éstos reciben menos sangre y por lo tanto, se enfrían. Nuestro líquido sinovial, que está dentro de las articulaciones, también se vuelve más denso por esa falta de movimiento. Por eso, cuando nos levantamos nos cuesta tanto movernos y encontramos molestias que no sabíamos que estaban ahí. Si ayudas a tu cuerpo a entrar en calor y a activarse desde primera hora, el resto del día va a ser mucho más llevadero y tu mente también estará más despierta y más enfocada. Los ejercicios más recomendables para hacer por la mañana son los de movilidad, los ejercicios respiratorios y el entrenamiento funcional.

Aquí te dejo un ejemplo de rutina de ejercicios ideales para hacer a primera hora, espero que te ayuden a empezar el día con más energía y menos dolor.