Cómo estirar correctamente.
Para mucha gente, los estiramientos son aburridos. Son una parte de la actividad física que prefieren no hacer, les parece tiempo perdido. Pero esa misma gente después se queja porque no tienen flexibilidad, porque sufren muchas lesiones musculares, porque les duele la espalda todas las mañanas.
Es verdad que, echando la vista atrás, uno entiende por qué asociamos el momento de estirar con algo pasivo y monótono. Nuestro primer contacto con el deporte suele ser en las clases de gimnasia del colegio. En mi caso, recuerdo que el profesor nos mandaba estirar muy de vez en cuando, siempre haciendo los 2 ó 3 mismos ejercicios y sin demasiada explicación. Había dos estilos: el de rebotar como si te fuera la vida en ello y el de quedarse ahí, quieto, esperando a que pasase el tiempo y hablando con quien tuvieses al lado.
Los dos estilos estaban igual de mal.
Para empezar, hay que entender cuándo hay que estirar y por qué. Los estiramientos sirven para alargar las fibras musculares y ayudarles a volver a su tono y longitud normales. Por lo tanto, debemos hacerlos después de hacer ejercicio, o en algunos casos entre ejercicios, pero nunca antes de empezar. Es como si te lavas los dientes antes de comer, no tiene sentido.
Otro fallo común suele ser el tiempo que mantenemos el estiramiento. Normalmente la gente estira durante 10 segundos (como mucho) y ya. Sin embargo, los estudios dicen que, para notar cambios en el músculo, el estiramiento debe mantenerse entre 60 y 90 segundos. Así que ya sabes, llévate un reloj a la colchoneta porque el tiempo es una de las claves para notar los efectos de los estiramientos.
Otro factor a tener en cuenta es la atención. Es importante que, mientras estiras, pongas toda tu atención en las zonas que están trabajando, conectes con ellas e intentes aflojarlas. Hacer respiraciones abdominales profundas te va a ayudar, por un lado a estimular tu sistema nervioso parasimpático para que tu cuerpo se relaje, y por otro a mantener la concentración en el momento presente.
Y por último, lo más obvio aunque a veces se nos olvide, ¡para estirar correctamente hay que estirar a menudo! Si no trabajas la flexibilidad nunca serás flexible, es así de fácil. Incluye el tiempo para estirar dentro de tu rutina de ejercicio, es decir, si sales a caminar durante media hora porque no tienes tiempo para más, camina durante 25’ y estira los últimos 5’. Si vas al gimnasio una hora, entrena fuerza, cardio, lo que quieras, durante 50’ y reserva los 10 últimos para estirar. Cuando empieces a ver resultados te resultará mucho más fácil sentirte motivadx para mantener el hábito.
Los estiramientos también son una buena opción para cuando no tenemos mucha energía o ganas de hacer ejercicio intenso. Es una forma más amable de trabajar con tu cuerpo y a veces eso es exactamente lo que necesitamos. He preparado esta sesión por si te apetece probar, espero que te ayude.
Si necesitas más ayuda con este tema échale un vistazo a estas dos entradas de mi blog.
¡Nos vemos en clase!