El dolor de cuello o cervicalgia es una de las patologías más comunes hoy en día. Se cree que un 30% de la población lo sufre de manera crónica y hasta un 70% de manera puntual. No es que traigamos un defecto de fábrica, es que las cervicales son una de las áreas de nuestro cuerpo que más se resienten por nuestro estilo de vida. Las horas que pasamos mirando el móvil o trabajando sentados delante de una pantalla, la falta de actividad física y algunas emociones como el estrés o la angustia afectan continuamente a esa zona.

Como además el cuello es la parte que conecta nuestro cuerpo con nuestra cabeza, cualquier problema ahí nos va a perjudicar a distintos niveles y de manera especialmente molesta.

Los desequilibrios en las cervicales pueden provocar desde el típico dolor agudo con sensación de bloqueo tipo tortícolis, hasta dolores punzantes alrededor de las escápulas, hormigueos en los brazos y en las manos, mareos, dolores de mandíbula que se pueden irradiar hacia los oídos y dolores de cabeza, sobre todo alrededor de la nuca.

Si sueles tener molestias en esta zona prueba a seguir estos consejos:

• Haz cambios de postura a menudo: no te pases horas en la misma posición, ponte una alarma cada 30-40 minutos y cuando suene muévete un poco. Puedes levantarte a por un vaso de agua, aprovechar para ir al baño, subir y bajar escaleras, hacer unas sentadillas… lo que prefieras, lo importante es que te muevas.

• Mantén a raya el estrés: esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero dar un paseo, apagar el móvil unas horas al día o irte pronto a la cama son cosas sencillas de llevar a cabo y que pueden ayudarte más de lo que crees.

• Haz ejercicio de forma regular: la causa de la mayoría de dolores musculares es la falta de fuerza, ya que nuestros músculos se atrofian por falta de uso y esto a su vez provoca que las articulaciones se deterioren antes y que nuestra postura vaya empeorando. El ejercicio puede ser tu salvavidas como lo fue para mí, así que si necesitas ayuda para empezar escríbeme y encontraremos una solución.

Si aún así te sigue doliendo el cuello:

• Ve al fisio: si tu coche empieza a hacer ruidos raros, ¿no lo llevas corriendo al taller?, ¿entonces por qué cuando te duele la espalda o el cuello piensas: voy a esperar unos días a ver si se me pasa? El cuerpo es muy sabio y se adapta a lo que sea para seguir funcionando, pero si le echamos una mano mejor que mejor. Además, cuanto más tiempo esperes más difícil y costoso será de solucionar. Ir regularmente al fisioterapeuta es una inversión en tu salud y bienestar y ¿hay algo más importante que eso?

• Haz estos sencillos ejercicios: sobre todo si tienes dolor en la parte alta del cuello, cabeza y zona de la mandíbula. Te ayudarán a desbloquear la zona y liberar parte de la tensión muscular.

Pruébalos y cuéntame cómo te ha ido, espero que te ayuden a sentirte mejor. Recuerda que la clave es la constancia y que es mejor no esperar a estar fatal para ponerse las pilas. Ya lo decían nuestras abuelas: ¡mejor prevenir que curar!